José Luis de Haro - Nueva York - elEconomista.es
Desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tomase posesión de su cargo el pasado 20 de enero, el voto de confianza por parte de inversores y empresarios en su gestión ha sido evidente. La renta variable del país se ha visto impulsada entre las expectativas de una reforma fiscal que rebaje el impuesto de sociedades y fomente la repatriación de beneficios en el extranjero, al mismo tiempo que las presiones reguladoras se reducen y las inversiones público-privadas en infraestructura aumentan.
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