- Los complices del capo actuaron a cara descubierta, el preso nunca fue cambiado de celda y los avisos de la DEA cayeron en saco roto
JAN MARTÍNEZ AHRENS / México / El País
Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, anda libre. Su increíble huida, por un túnel de 1.500 metros, no sólo ha demostrado la fortaleza del cártel de Sinaloa, sino gravísimas carencias en el penal de máxima seguridad de El Altiplano, considerado hasta la fecha una fortaleza inexpugnable. Los fallos son de tal envergadura que el propio Gobierno está convencido de que el narcotraficante contó con apoyos internos. Este es un repaso a los cinco errores (o algo peor) que permitieron la fuga del siglo.
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