lunes, 27 de abril de 2015

¿QUIÉN TEME AL BANCO CHINO DE DESARROLLO?

  • Pekín apuesta por un proyecto que combina la economía con el interés político

ALICIA GARCÍA HERRERO / El País
En tan solo 15 años, China ha pasado de ser uno de los principales prestatarios del Banco Mundial y receptor de asistencia técnica a crear su propio banco de desarrollo. Más concretamente, China ha liderado la creación del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII), que tiene la ambición de convertirse en la primera institución multilateral con sede en suelo chino, en concreto en Pekín. Mucho habría que escarbar en la historia para observar un vuelco de poder en el orden internacional tan brusco como el que ha conseguido China en los últimos años. Como si no fuera poco, el BAII —con un capital de 100.000 millones de dólares— es solo uno de los tres grandes proyectos que China está liderando para el desarrollo y la integración del mundo emergente. Los otros dos son un fondo de 40.000 millones de dólares para mejorar las relaciones económicas de los países que integran el área de la Ruta de la Seda y el banco de desarrollo de los BRICS con otros 50.000 millones de dólares como capital inicial y también con sede en China, pero esta vez en Shanghái. Para hacernos una idea de la importancia de estos tres proyectos, de materializarse como han sido anunciados, el poolde inversión disponible seria comparable a la del Banco Mundial.

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