Varios lastres impiden el crecimiento económico y la generación de empleos en México. Es lo que sabemos y padecemos todos los días por la mala educación pública; la exclusión de millones de mexicanos de los derechos sociales; telecomunicaciones insuficientes, caras, malas e ineficientes que limitan las actividades productivas y a nuestras vidas en lo individual; un sector energético incapáz de asegurar al país un suministro oportuno, confiable, a precios competitivos y amigable con el medio ambiente; una administración y procuración de justicia que no ha podido con la impunidad; etcétera. Si tan sólo estas restricciones dejaran de ahorcar expoliar como lo hacen hasta ahora, nuestro país sería dfinitivamente distinto.
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