domingo, 27 de septiembre de 2020

REALIDADES Y RUPTURAS

Luis Rubio -El Siglo de Torreón

“ Todas las generaciones sin duda se sienten destinadas a cambiar el mundo”, comenzó diciendo Albert Camus en su discurso al obtener el Premio Nobel. Ese es el espíritu con el que el presidente López Obrador parece haber emprendido su gobierno: cambiarlo todo. Buenas razones había para cambiar lo que no funcionaba y así abrirle una oportunidad al desarrollo integral del país. Pero en lugar de seguir esa ruta, se ha dedicado a destruir lo existente, lo que entraña profundas y graves consecuencias para el futuro. No hay duda alguna de que el presidente heredó infinidad de problemas y desajustes, pero también activos muy exitosos y funcionales. Sin embargo, su lógica ha sido la de negar cualquier valor a lo existente sin siquiera ofrecer una alternativa. Como método de distracción, se trata de una táctica potencialmente efectiva, pero sólo para el corto plazo. A cuatro largos años de concluir el sexenio, el país requiere algo más que distracciones. 

Ler más

No hay comentarios:

Publicar un comentario