lunes, 2 de marzo de 2020

LAS CRISIS FINANCIERAS EMPIEZAN CON NADERÍAS

  • Siempre son consecuencia de una quiebra de confianza; y cuando se encienden las alarmas, sería ingenuo y estúpido ignorarlas
Xavier Vidal Folch - El País
Un panel muestra la evolución del Ibex 35 en el Palacio de la Bolsa en Madrid.rn
Un panel muestra la evolución del Ibex 35 en el Palacio de la Bolsa en Madrid. JAVIER LIZÓN EFE

Una cosa es que los mercados hayan sobrevalorado el impacto del coronavirus y que, atenazados por una histeria irrazonable, hayan comenzado una carrera bajista del todo desproporcionada, ilógica y alarmista.
Otra cosa es que esa reacción, por desmedida que sea, no pueda alumbrar por sí misma una crisis financiera de aúpa.
Cuando la semana pasada coronó las peores evoluciones desde la Gran Recesión en muchos parámetros, la caída del precio del petróleo en más de un 13,5%; desplomes de las Bolsas entre un 10% y más de un 12%; una afectación directa de los países desarrollados por vez primera en una convulsión sanitaria; el impacto en algunos servicios —turismo— y no solo en la producción industrial... cuando se encienden todas esas alarmas, sería ingenuo y estúpido ignorarlas.


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