Salvador García Soto - El Universal
El escenario para el principal partido opositor en México no luce nada fácil de cara a los comicios intermedios. Los propios panistas reconocen que tras la derrota de 2018 y el desgaste que sufrieron por la fractura interna que provocó su excandidato presidencial Ricardo Anaya, el panismo se quedó sin liderazgos fuertes y con una división aun latente entre la dirigencia nacional encabezada por Marko Cortés -quien no acaba de consolidar su presencia y liderazgo partidista- y los 11 gobernadores de Acción Nacional que tratan de llenar el vacío pero tienen enfrente el férreo control presupuestal del presidente López Obrador.
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