lunes, 30 de septiembre de 2019

TIEMPOS Y VOLUNTADES

León Bendesky - Periódico la Jornada
Un reputado neurocirujano me dijo, cuando iniciaba mis estudios en la UNAM, que lo más importante en una sociedad es la ley. Me llamó en ese momento la atención que él, dedicado al quirófano, se decantara por la ley de modo tan definitivo.
Tenía razón en fijar así sus prioridades. La ley se debe erigir en una forma privilegiada para organizar a una sociedad. Tiene para la gente una importancia capital, para bien o para mal.
Como ciudadanos sabemos que la ley no debería manosearse para avanzar una posición política particular mediante la que se imponga una visión totalizadora sobre una colectividad que por su esencia misma es muy diversa. Tampoco debería servir para promover los intereses de individuos o de grupos. Todo esto ocurre, ciertamente, y he ahí la disputa permanente.

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