- ¿Cómo empezar esa oposición moderna y democrática desde otro lugar que no sea el odio, la descalificación y la defensa de intereses y privilegios del pasado?
Muchas personas están molestas con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Si bien sus niveles de aprobación rondan un altísimo 70% de la población, está claro que en el otro tercio habitan las élites y los más acomodados, una gran porción de la iniciativa privada y buena parte de los segmentos ilustrados. Están molestos frente a lo que consideran una preocupante rusticidad del presidente, un populismo a ultranza, un nacionalismo trasnochado, el escaso respeto a las ONG y su rijosidad verbal.
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