miércoles, 20 de junio de 2018

"VAMOS A ARRIESGARNOS A IR A ESTADOS UNIDOS, NO PODEMOS VOLVER ATRÁS"

  • La separación de familias en la frontera de Estados Unidos no funciona aún como disuasión para aquellos que huyen de la violencia y la miseria
Pablo Ximénez de Sandoval - Tijuana - El País
Hace falta algo más que Donald Trump para meterle miedo a Rafael Castillo. El pasado 2 de mayo, a la hora de comer, terminó su jornada cortando limones en un campo de Apatzingán, Michoacán. Después de saludar a sus padres, se dirigía a su casa cuando recibió una llamada: “Acaban de matar a tus hermanos”. Unos pistoleros habían acribillado a dos de sus hermanos delante de sus padres. Rafael había salido de allí 10 minutos antes. Los velaron y enterraron esa misma tarde. Por la noche, le esperaban camionetas con hombres armados en su casa. Una amiga de su esposa les compró inmediatamente billetes de avión a Tijuana para ellos y sus tres hijos, a donde llegaron con lo puesto el 3 de mayo.

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