lunes, 3 de agosto de 2015

TRIPLE CRISIS EN BRASIL

En los próximos meses se verá si las reformas políticas y económicas de Dilma Rousseff sirven para aclarar los escándalos de corrupción
EL PAÍS
Brasil atraviesa tres crisis: política, económica y ética. Lo grave es que se dan a la vez y que se alimentan mutuamente. Mientras el país, bajo el carismático Lula da Silva, vivió la euforia alimentada por la extensión del crédito y la entrada en el consumo de 30 millones de personas que venían de la pobreza, todo parecía más fácil. Pero los problemas estaban ya incubándose; y tras la llegada de Dilma Rousseff al poder se quebró el respaldo de los partidos que habían apoyado al Gobierno a cambio de prebendas. La presidenta ha perdido la confianza popular —su apoyo ha caído al 9%— y los jueces, animados por el aplauso de la calle, investigan a fondo el escándalo de corrupción en Petrobras, la joya de la corona empresarial de Brasil, en el que además están implicados los directivos de las mayores compañías del país y decenas de políticos.

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