Enrique Quintana / El Financiero
¿Quién no quisiera vivir en un mundo en el que todo fuera certidumbre y no hubiera sobresaltos? La tranquilidad y la seguridad son valores altamente deseables.
Sin embargo, una cosa son los deseos y otra las realidades.
Vivimos en un mundo en el que hemos tenido recurrentemente sobresaltos e incertidumbre, y todo indica que seguirá así.
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