Sergio Negrete Cárdenas / El Financiero
Las masivas intervenciones del Banco de México en los mercados cambiarios en meses recientes tienen el efecto de una droga poderosamente adictiva: provocan euforia, una sensación de bienestar, pero los resultados son pasajeros y al cabo del tiempo se requiere una nueva dosis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario