- El consumo de bebidas calóricas no disminuye pese al gravamen especial impuesto por el Gobierno para luchar contra la obesidad
DAVID MARCIAL PÉREZ / México / El País
Los mexicanos no se separan de la botella de refresco. El impuesto especial sobre bebidas azucaradas que implantó el Gobierno el año pasado está dando resultados para las arcas públicas, pero no está funcionando como arma disuasoria. Pese a que los refrescos son más caros –un 10% es la tasa del gravamen– su consumo no baja. La secretaría de Hacienda recaudó 8.163 millones de pesos durante los primeros seis meses del 2014, un 31.8% más que el mismo periodo del año anterior.
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