Carlos Mota - El Heraldo de México
Se ha materializado de nueva cuenta el escenario acostumbrado: el Secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, hizo sus muy escasas apariciones públicas, una por aquí y otra por allá cuando se presentó el Plan México, y cuando se le requirió para hablar con algunos inversionistas neoyorquinos por los aranceles. Y luego, lo de siempre: desaparece.
Esta actitud, tristemente, parece normal. Pero no lo es. Y no debemos validarla. El país está estancado y se mantienen riesgos que impiden el crecimiento vigoroso, por lo que es aún más grave la ausencia de Hacienda en el debate público sobre este crecimiento mediocre.
Ramírez de la O parece haber abandonado a su suerte a sus compañeros de gabinete, en un claro deslinde, asumiendo que los demás deberán lidiar con Donald Trump, sus aranceles, con la falta de inversión, y con la incertidumbre empresarial por la reforma al Poder Judicial.
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