miércoles, 10 de julio de 2024

UNA MAESTRA QUE NO APRENDE SU LECCIÓN

Serpientes y Escaleras

 Salvador Garcísa Soto - Expreso

A la maestra Elba Esther Gordillo le ha pasado con el presidente López Obrador lo que a muchos políticos del antiguo régimen: que nunca aprendieron a leer y a entender al tabasqueño como un político que, más que por razonamiento, por conveniencia o por pragmatismo, suele decidir con base en sus filias y fobias cuando se trata de definir o elegir a sus aliados y a sus adversarios.

Porque a la exlideresa que controló durante más de 20 años el magisterio nacional, Andrés Manuel siempre le tuvo un recelo y una desconfianza particular. Si bien sabía del enorme poder que llegó a acumular y de su eficiencia como operadora electoral utilizando a las bases del SNTE, desde su primera campaña presidencial pintó su raya con Gordillo Morales, quien lo buscó insistentemente entre abril y mayo de aquel año para ofrecerle el apoyo de los maestros a su candidatura, que aparecía en aquel momento con la gran favorita con más de 10 puntos de ventaja en las encuestas. 

Una y otra vez, a través primero de Ricardo Monreal y luego del finado Manuel Camacho Solís, Elba, que estaba entonces en la cúspide de su poder por la cercanísima relación que tenía con el entonces presidente Fox, le mandó a pedir al candidato López Obrador que la recibiera, que tenía el consenso de los maestros para sumarse a su campaña y ayudarle a ganar la Presidencia. Pero invariablemente, cuando tanto Monreal como Camacho le insistían en que recibiera a la maestra y le explicaban lo conveniente que sería para amarrar su triunfo, el entonces abanderado del PRD les respondía con cierta sorna: "'N'ombre, no quiero recibir a esa señora, porque si la recibo me va a costar esa reunión como unos 5 puntos del PIB".

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