- Alimentación, automovilísticas, lujo y aerolíneas sufren fuertes correctivos
- Los ciudadanos miran cada vez más cada euro que gastan
Un hombre compra en un supermercado de Walmart. Foto: Bloomberg
elEconomista.es
Tras los años de pandemia, las empresas detectaron lo que se acabó conociendo como el "consumo de venganza": los ciudadanos tiraron de los ahorros que no se habían podido gastar cuando estaban encerrados en casa para viajar, comprar bienes duraderos, salir a los bares y recuperar el tiempo perdido. Pero la subida de precios acumulada tras la ola inflacionaria que acompañó al fin del confinamiento y las subidas de los tipos de interés para controlar los precios se están notando ya en los beneficios de las empresas.
La situación se ve en medio mundo. Desde EEUU, donde los consumidores son mucho más cuidadosos a la hora de comprar, hasta China, donde los ricos tienen más cuidado a la hora de ir a tiendas de lujo. Todo ello afecta de lleno a las automovilísticas, metidas en una guerra de precios; las firmas de alimentación, cada vez más sitiadas por las marcas blancas; y a las aerolíneas, que ven caer el número de viajes pese a la subida de costes que han sufrido.
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