jueves, 11 de julio de 2024

¿QUÉ HACEMOS CON ACAPULCO?

Serpientes y Escaleras

Salvador García Soto - Expreso

La pregunta que da título a esta columna no se refiere a las visiones apocalípticas y discriminatorias que, en medio del caos que dejó en Acapulco el huracán Otis llegaron a proponer no volver a levantar de las ruinas al puerto que fuera insignia del turismo nacional; se refiere más bien a la crisis de inseguridad que, en el renacido puerto acapulqueño ha vuelto a regresar, como parte de la normalidad a la que poco a poco ha ido retornando la principal ciudad del estado de Guerrero.

Porque nadie mejor para explicarlo que el general Ricardo Trevilla, jefe del Estado Mayor de la Sedena (y por cierto mencionado como posible secretario de la Defensa en el próximo gobierno de Claudia Sheinbaum), quien ayer con sus cinco estrellas y su vasta experiencia en el Ejército mexicano apareció en la mañanera, en sustitución del general secretario Luis Crescencio Sandoval -cuya ausencia por cierto no fue explicada- para hablar de la exacerbación de la violencia criminal que sobrevino en el puerto, en donde tan sólo el pasado fin de semana fueron asesinadas 11 personas, lo mismo por disparos de bala que con armas blancas, pero todas con signos de tortura e incluso con cuerpos desmembrados y encostalados esparcidos en la vía pública.

"A partir del huracán Otis bajó mucho la delincuencia, sobre todo los homicidios, pero con la fase de recuperación, de igual manera se están incrementado los delitos", dijo ayer el alto funcionario de la Sedena, quien justificó la obviedad de sus dichos señalando que hay una disputa entre cárteles de la droga por el municipio acapulqueño y acusando que tras el desastroso huracán que golpeó al puerto el 24 de octubre pasado, los grupos del crimen organizado cambiaron su "modus operandi" y en lugar de cometer los asesinatos violentos con arma de fuego, ahora están matando a sus contrarios con armas blancas.

Ler más

No hay comentarios:

Publicar un comentario