Viri Ríos - Milenio
Dentro de Morena hay dos cosas sucediendo simultáneamente.
Por un lado, la mayoría celebra la reforma judicial como una conquista del obradorismo. Un plan extraordinario y revolucionario que debe implementarse en honor al apoyo que el pueblo mostró a él en las urnas.
Por el otro lado, en privado y en corto, incluso los más vocales defensores de la reforma aceptan que ésta tiene severas deficiencias y muestran reticencia a que sea implementada tal y cual fue escrita. Todos le echan la culpa a alguien más por haberla diseñado o recurren al ambiguo “así lo quiere el Presidente”.
Me parece que esto se explica porque Morena se encuentra atrapada en una trampa que ella misma creó: una reforma judicial que se ha politizado con tal fuerza entre sus bases que devorará al propio Morena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario