Rolando Cordera Campos - Periòdico La Jornada
En su entrega del martes, José Woldenberg (“Sinvergüenzas”, El Universal, 2/7/24) habló de unos sinvergüenzas cuya conducta “hace tapioca no sólo la ley, sino al sentido común”. Se trata, según entiendo, de una vulgar triquiñuela destinada a aumentarle a Morena, el partido triunfador en las elecciones, más diputados plurinominales de los que tiene derecho.
Escribe: “El Instituto Electoral de la Ciudad de México, una vez reconocidos los diferentes triunfos en los distritos uninominales (33), elaboró un primer proyecto de reparto de los diputados plurinominales (33) conforme a las reglas. Pero, oh, sorpresa, un día antes de la distribución por el Consejo del IECM, siete candidatos de Morena renunciaron a su adscripción. De esa manera, según los que diseñaron la maniobra, Morena no había logrado 22 triunfos, sino sólo 15, y por ello podía recibir más diputaciones plurinominales (pasaría de dos a nueve). La triquiñuela era obvia y elemental, pero cinco de los siete consejeros del instituto la convalidaron y acabaron distorsionando la representación”
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