viernes, 19 de julio de 2024

90%, ¿EXAGERÉ?

Arturo Damm Arnal - La Razón de México

En el anterior Pesos y Contrapesos afirmé que “el Gobierno gasta en lo que no debe (por ejemplo: construcción de trenes, aeropuertos, refinerías), razón por la cual gasta de más (por lo menos un 90%), y muchas veces de mala manera (por ejemplo: subsidiando la oferta educativa, dándoles dinero a las escuelas gubernamentales, en vez de subsidiar la demanda, dándoles dinero a los padres de familia para que elijan la escuela de sus hijos), razones por las que, poner más dinero en manos del gobierno, es meterle dinero bueno al malo”. Algún lector pregunta si al hablar de un 90% de gasto gubernamental en exceso no exagero. No.

Por gasto excesivo entiendo aquel que no tiene que ver con las legítimas tareas del gobierno, las relacionadas con la impartición de justicia: prohibir y prevenir la violación de derechos y, de fallar, castigar a los violadores y obligarlos a resarcir, las que en el análisis funcional del gasto gubernamental se llaman tareas gubernamentales, para diferenciarlas de las relacionadas con el desarrollo social (redistribución gubernamental de ingresos), y el crecimiento económico (generación gubernamental de ingresos), crecimiento económico y desarrollo social que no son parte de las legítimas tareas del gobierno, como lo he explicado en otros Pesos y Contrapesos.

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