- Vendrán definiciones: el posible gabinete, los mensajes a los inversionistas y la inevitable operación cicatriz.
Mario Maldonado - El Universal
Claudia Sheinbaum será la presidenta electa de México, según las tendencias al cierre de esta columna. Las encuestas, la muy criticada “elección de Estado” y la injerencia del presidente Andrés Manuel López Obrador en la elección fueron efectivas. Como pocas veces, el jefe del Ejecutivo logró impulsar a su candidato hacia el triunfo electoral. Una vez más AMLO engañó con la verdad: echó a andar un proceso interno de “corcholatas” que terminó muy cuestionado y erosionó la unidad en Morena, pero dio como candidata a quien la mayoría de las encuestas y analistas anticiparon: Claudia Sheinbaum, la hija política, quien al igual que López Obrador aprovechó la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México como trampolín hacia la Presidencia.
La diferencia contundente del triunfo de Sheinbaum pone de manifiesto tres cosas: que los programas sociales han sido muy efectivos electoralmente, que la marca Morena sigue teniendo una alta aceptación entre la sociedad y que López Obrador, con todo y las violaciones a las leyes electorales, mantiene una buena aceptación y es el actor político más potente de la actualidad.
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