Enrique Quintana - El Financiero
El gobierno mexicano lanzó el primer confinamiento derivado de la pandemia a partir del 23 de marzo pasado y hasta el 19 de abril.
Los primeros cálculos señalaban la posibilidad de que con una “cuarentena” breve y leve (pues nunca implicó sanciones) se pudieran romper las cadenas de contagios y empezar a bajar el ritmo de crecimiento de la enfermedad.
Para el 16 de abril era claro que ese lapso era insuficiente y por lo tanto el confinamiento se extendió hasta el 30 de mayo.
El cierre de negocios por dos meses, que hundió a la economía no sirvió de mucho porque para los últimos días de mayo la pandemia seguía en una clara fase de crecimiento.
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