
Estamos, cómo calificó Octavio Paz, en un nuevo “tiempo nublado”. Foto: Moisés Pablo, Cuartoscuro.
Ernesto Hernández Norzagaray - Sin Embargo
La caída del 18.9 por ciento del PIB nacional en el segundo trimestre del año es un golpe económico sin precedente y solo meridianamente acrisolado con el 10.5 por ciento anualizado que pronostica el FMI. Agudo, amplio, integral, brutal, impactante, absorbente, empobrecedor podrían ser los calificativos más a la mano de esta circunstancia inesperadamente trágica.
La que deja al país a medio respiro y a la mayoría de la gente al menos en la incertidumbre. En unos cuantos meses más de un millón de trabajadores formales y un número todavía mayor de informales que habrán perdidos sus empleos producto de un número indeterminado de pequeñas y medianas empresas que han bajado las cortinas por incapacidad para cubrir rentas, impuestos y nómina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario