Carlos Ramírez - Indicador Político
Las revelaciones de Emilio Lozoya Austin-Emilio Lozoya Thalman contra políticos del régimen priísta a los que sirvió en mecanismos de corrupción tendrían que analizar con mucho cuidado una figura perversa que apareció hace semanas, de pronto desapreció y ahora vuelve a aparecer: el juez Baltasar Garzón.
Figura prominente en los juegos palaciegos de poder en España, Garzón y la oficina de su fundación en México aparecen detrás de la estrategia de defensa de Lozoya para eludir las presiones de la fiscalía, sólo salpicar a Salinas, Calderón o Peña Nieto y salvarse de la cárcel. La gran jugada del juez español fue evitar que Lozoya ingresara a la cárcel ofreciendo delaciones; una buena estrategia habría sido ingresar a Lozoya al penal, obligarlo a entregar pruebas reales de corrupción y después, sólo después, mandarlo a su casa. Pero ya hasta la mamá de Lozoya disfrutará la libertad.
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