miércoles, 30 de septiembre de 2015

EL CASO LÓPEZ DORIGA

Raymundo Riva Palacio / El Financiero
Todos los días, en el arranque de su columna en Milenio, Joaquín López Dóriga publica un aforismo bajo el seudónimo de Florestán. El viernes, frente a las versiones que por la denuncia de extorsión contra su esposa y la acusación de que quiso chantajear a la empresaria María Asunción Aramburuzavala, una de las empresarias más importantes de México, sus días como conductor del noticiero estelar de Televisa estaban contados, escribió burlón y desafiante: “Los hay que, en su miseria humana, andan por la vida repartiendo falsos certificados de defunción”. Para el buen entendedor, López Dóriga aseguró que su patrón lo respaldaba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario