lunes, 21 de octubre de 2013

¿QUIÉN DA MENOS?

Samuel García / 24 Horas
Vaya contradicción. Los pronósticos económicos en estos tiempos se han convertido en los más buscados, por la incertidumbre imperante en el mundo; pero a la vez, en los más criticados por su falta de confianza en los economistas.
Decía con toda razón Niels Bohr, Premio Nobel de Física, que “predecir es siempre difícil, especialmente si se trata del futuro”; a lo que habría que agregar que, a pesar de su natural dificultad, la indagación sobre el futuro siempre viene asociado con una alta dosis de ansiedad. Esto es especialmente cierto cuando se trata de averiguar el comportamiento futuro de las economías en momentos de crisis. De allí que los pronósticos económicos tengan una gran demanda no solo entre los tomadores de decisiones de inversión –cuyo ‘negocio’ se finca en buena medida en su capacidad para acertar el comportamiento futuro de las variables económicas y financieras- sino también entre el público en general.

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