Samuel García / 24 Horas
Vaya contradicción. Los pronósticos económicos en estos tiempos se
han convertido en los más buscados, por la incertidumbre imperante en el
mundo; pero a la vez, en los más criticados por su falta de confianza
en los economistas.
Decía con toda razón Niels Bohr, Premio Nobel de Física, que
“predecir es siempre difícil, especialmente si se trata del futuro”; a
lo que habría que agregar que, a pesar de su natural dificultad, la
indagación sobre el futuro siempre viene asociado con una alta dosis de
ansiedad. Esto es especialmente cierto cuando se trata de averiguar el
comportamiento futuro de las economías en momentos de crisis. De allí
que los pronósticos económicos tengan una gran demanda no solo entre los
tomadores de decisiones de inversión –cuyo ‘negocio’ se finca en buena
medida en su capacidad para acertar el comportamiento futuro de las
variables económicas y financieras- sino también entre el público en
general.
No hay comentarios:
Publicar un comentario