Arnaldo Córdova / La Jornada
El nacionalismo ha
sido, a lo largo de la historia, la enseña de las más disímbolas y
contrastantes posiciones ideológicas y políticas. Fue el emblema de El príncipe,
de Maquiavelo (capítulo 26), para proclamar el nacimiento de la Italia
moderna. Ha sido también el credo demoniaco de las fuerzas más
retrógradas, reaccionarias y violentas en muchísimos países. Incontables
movimientos revolucionarios, sobre todo los de los pueblos que luchan
por su independencia, nacieron y se desarrollaron como movimientos
nacionalistas. La Revolución Mexicana fue profundamente nacionalista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario