- Obama se niega a suspender la reforma sanitaria, condición de los republicanos para extender el presupuesto. Cientos de miles de empleados públicos se quedarán en casa sin cobrar
- Las turbulencias políticas se trasladan a Wall Street
- Así serán los efectos de la suspensión de los servicios federales
Toda la inquina y polarización partidista acumulada en Estados Unidos desde hace varios años –prácticamente, desde que Barack Obama
asumió la presidencia por primera vez- ha conducido finalmente al país a
una situación límite que permite visualizar claramente el grado de
inoperancia al que se ha llegado en Washington y la crisis general del
sistema político: el cierre indefinido de la administración federal
y los servicios públicos. El último precedente se dio durante la
Administración Clinton y duró 22 días, del 15 de diciembre de 1995 al 6
de enero de 1996.
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