- El ultraderechista argentino cierra la convención de la extrema derecha en el sur de Brasil sin confrontar directamente con su par brasileño
Joan Royo Gual - El Paìs
El presidente argentino, Javier Milei, visitó Brasil por primera vez el domingo e ignoró a su homólogo, Luiz Inácio Lula da Silva, en todos los sentidos. No sólo no se reunió con él, ni siquiera lo citó en su esperado discurso en la CPAC, la convención de extrema derecha que se celebró el fin de semana en Balneario Camboriú y donde fue recibido como una estrella. Milei abrazó fuerte al expresidente Jair Bolsonaro y no ocultó su sintonía personal, pero tuvo cuidado de no añadir más leña al fuego en su tensa relación con Lula, a quien atacó varias veces en las últimas semanas. Sus admiradores brasileños recibieron al argentino con gritos de “Lula ladrón, tu lugar es la prisión” y Milei correspondió con una sonrisa cómplice. Nada más.
Milei prefirió desplegar un reposado discurso teórico sobre los males del socialismo del siglo XXI y sobre sus fórmulas para reconstruir Argentina, pero los presentes esperaban algo más. Uno de los pocos caramelos que entregó a la platea fue decir que el “amigo Jair Bolsonaro” sufre una “persecución judicial”. Lo dijo de pasada, mientras se detenía en la “farsa” del golpe en Bolivia o en la “dictadura sanguinaria” de Venezuela.
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