Carlos Ramírez - El Independiente
FOTO X: @ELONMUSK
El presidente Reagan, un guerrerista, sufrió un atentado en 1981 y en nada modificó su proyecto imperial; ahora el principal precandidato republicano Trump estuvo a milímetros de que una bala le hiciera estallar la cabeza, pero la vida política siguió su marcha
El sistema político estadounidense acaba de comprobar la fortaleza de su democracia: un intento más de magnicidio cimbró el proceso electoral de 2024 con el atentado contra su principal candidato presidencial, pero con la certeza dramática y brutal de que nada hubiera ocurrido en la vida cotidiana de haberse cumplido la intención criminal del francotirador.
El crimen político como crimen permisible parece no tener nada que ver con las reglas de la democracia: el presidente Lincoln fue asesinado después de la guerra civil y de haber definido el futuro de derechos civiles de los negros y el país siguió su marcha con una guerra civil vigente entre ciudadanos de diferente color de piel;
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