- El demócrata llegó con el objetivo de unir un país que deja más dividido que nunca. En política internacional, el apoyo a Israel en la guerra de Gaza ha sido uno de los puntos ciegos de sus años en la Casa Blanca
Iker Seisdedos - Washington - El País
Tal vez la mayor paradoja del medio siglo de carrera política de Joe Biden, que este domingo tocó a su fin, es que la misma fuerza que hizo que alcanzara su sueño de infancia de ser presidente de Estados Unidos es la que ha acabado forzando la pesadilla de tener que renunciar vergonzosamente presionado por los suyos a menos de cuatro meses de su reelección. Esa fuerza es, claro, Donald Trump.
Biden no pudo pelear en las elecciones de 2016 que llevaron al magnate inmobiliario y estrella de la telerrealidad a la Casa Blanca, porque la muerte de su hijo Beau estaba demasiado fresca y porque Barack Obama, el hombre con el que fue vicepresidente, apoyó a Hillary Clinton, pero sí lo hizo cuatro años después con el objetivo de desalojar a Trump del poder y de restañar las heridas de un país envenenado.
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