Samuel García - El Sol de México
La imagen de la economía mexicana es la de un capitán que ha trazado la mejor ruta en el mapa, pero con un mar embravecido. Un país que requiere alcanzar una tasa de inversión del 25% del PIB para salir del estancamiento, como lo propone Carlos Slim, pero con vientos en contra tan intensos que casi nadie está dispuesto a zarpar.
Ese horizonte, planteado por el gobierno para 2026, implica inyectar alrededor de 2.4 puntos porcentuales adicionales del PIB en inversiones (unos 47 mil millones de dólares) para reactivar la economía. Pero las cifras recientes muestran que el barco no ha despegado: según el INEGI, la inversión total cayó -6.7% anual en septiembre. Solo la inversión privada, retrocedió -3.2% en ese mes.
El deterioro no es obra de un mal mes aislado, sino parte de una tendencia preocupante: la inversión acumula 13 meses consecutivos con variaciones anuales negativas. De enero a septiembre de 2025, la inversión cayó -7.6% anual, con fuertes descensos tanto en construcción como en maquinaria y equipo. En el segundo trimestre la inversión alcanzó su menor nivel de los últimos tres años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario