Aranceles a lo chino

Activo empresarial

José Yuste - Dinero en Imagen 

Que no es contra China, pero los aranceles van dirigidos al gigante asiático. México cambió su política arancelaria, de total apertura a importación selectiva, cara, mediante aranceles. México se está alineando a la política comercial seguida por nuestro principal socio comercial, a cargo de Donald Trump. Toma partido por el bloque comercial regional y no por el gigante asiático, que le queda lejos y nos vende todo con superávit a su favor. ¿A México le conviene hacerle caso a la administración Trump e imponer aranceles a China? Los datos son contundentes. A Estados Unidos le vendemos 80% de las exportaciones. Y la Inversión Extranjera Directa viene, sobre todo, de EU. Tenemos un bloque comercial regional, la economía más grande del mundo. La decisión de la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum fue clara: estamos en el bloque norteamericano.

CHINA, SIN PLANTAS; COREA, CON SAMSUNG, KIA Y LG

Sin embargo, no podemos perder de vista que la economía china es la segunda más grande del planeta y viene en ascenso. En la primera batalla arancelaria de Trump, el inquilino de la Casa Blanca no pudo contra China, que tiene los chips, la manufactura, los materiales de tierras raras y la tecnología integrada para fabricar desde 20 marcas de automóviles hasta telecomunicaciones. ¿Nos conviene decirle que no a China? La presidenta Sheinbaum matizó los aranceles, argumentando que no son contra China, sino que se imponen a todos los países con los que México no cuenta con tratado de libre comercio. Sin embargo, el impacto no será igual, por ejemplo, con Corea del Sur el planteamiento esgrimido por el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, es impecable: los coreanos tienen plantas en México. Desde KIA, en Pesquería, donde produce el K3 y el K4; hasta Samsung, en Querétaro (lavadoras y refrigeradores) y Tijuana (televisiones), y LG en Monterrey, Reynosa y Ramos Arizpe. El problema con la inversión china es que no se traduce en plantas en México. El producto chino viene totalmente producido desde allá. Y también es cierto que ha arrasado con algunas industrias mexicanas por ser subsidiado, como sucedió con la industria textil y el calzado.

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