Antonio Turrent Fernández*/ La Jornada
El grupo encabezado por
Gilles-Eric Séralini de Francia alimentó con grano del maíz transgénico
NK 603 de Monsanto a una cepa de ratas de laboratorio con
predisposición genética al cáncer, cepa usada como modelo para la salud
humana. El experimento duró los dos años que abarca el ciclo de vida de
las ratas, en vez del período estándar de 90 días. Se encontró que el
consumo de NK 603 está asociado con daños mayores a la salud y
mortandad, aunque los datos no necesariamente demuestran causalidad.
Hacia la mitad del último tercio de su vida, las hembras mostraron de 2 a
3 veces mayor incidencia de cáncer de mama con respecto al tratamiento
de referencia. Los machos sufrieron cinco veces mayores incidencias de
tumores de riñón o daño letal de hígado que el tratamiento de
referencia, al inicio del último tercio de su vida. El mensaje de esta
investigación es que el grano de maíz NK 603 no es inocuo como alimento y
que su daño, como el del tabaco, es de tipo crónico-subclínico.
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