- La caja negra desvela que el copiloto se encerró y activó los mandos para el descenso
- Las pesquisas no hallan ningún indicio de trasfondo terrorista
Brice Robin, el fiscal de la República en Marsella, compareció a
mediodía con las lágrimas a punto de estallar, las manos y la voz
temblorosas. A las cuatro de la mañana, había recibido la grabación de
lo ocurrido en la cabina del Airbus desintegrado el martes en los Alpes y ya no había podido pegar ojo. De la grabación se deducía que el copiloto de la aeronave, Andreas Lubitz, de 27 años,
había decidido tirar el avión con 150 personas a bordo, entre ellos
medio centenar de españoles. El descenso duró 10 minutos. “Los gritos de
los pasajeros solo se oyeron en el último momento”.
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