Rogelio Ramírez de la O / El Universal
La aprobación apabullante de la reforma energética en las dos cámaras y luego su ratificación en los congresos de los estados y luego su rápida promulgación ha generado exageradas escesivas de éxito. No hay duda de su éxito para atraer posiobles inversionistas extranjeros en exploración y producción de petróleo. Pero las promesas de bajar la tarifas a los consumidores y generar millones de empleos son excesivas.
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