La ‘madre
coraje’ argentina ha logrado la condena de 10 miembros de una red que rapta
mujeres para prostituirlas
Su Marita
lleva once años desaparecida
Alejandro Rebossio-Buenos Aires-El País
La vida de la argentina Susana Trimarco dio un giro trágico
en 2002. Una red de trata secuestró a su hija Marita Verón, de entonces 23
años, para esclavizarla y prostituirla. Impotente ante un sistema judicial
y policial que no investigaba el caso, Trimarco, con 47 años y una valentía
fuera de toda duda, salió a la calle y se disfrazó de prostituta para poder
colarse en los burdeles a buscar pistas sobre el paradero de su hija. Su
peligrosa aventura duró diez años, hasta que logró sentar en el banquillo de
los acusados al proxeneta de Marita y 12 supuestos colaboradores. Hace un año,
un tribunal de la provincia argentina de Tucumán los absolvió y ella prometió
no derramar una lágrima. Un año después, la Suprema Corte tucumana ha revisado
el fallo y ha condenado a diez de los 13 acusados. La madre coraje argentina ha
ganado la batalla, pero solo a medias. Marita sigue aún desaparecida.
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