Antonio Caño –Washington-El País
Barack Obama heredó de
George W. Bush, no solo el cargo, sino un país y un mundo construidos de
acuerdo a su visión. En los cuatro años y cuatro meses transcurridos desde la
transferencia del poder, algunas de las expresiones más ofensivas de esa
visión, como las torturas, las cárceles secretas o las detenciones ilegales,
han sido eliminadas. Pero la presidencia de Estados Unidos se ha movido,
esencialmente, en los mismos parámetros diseñados por la anterior
Administración, los que se definen con el concepto general y vago de guerra global (o mundial) contra el terrorismo.
En su discurso del jueves en la Universidad de la Defensa Nacional de
Washington, Obama dio el primer paso serio para poner fin a esa época. “Esta
guerra, como todas las guerras, tiene que terminar. Eso es lo que nos dice la
historia, eso es lo que nuestra democracia nos demanda”, dijo el presidente, en
la frase más significativa y rotunda de todo el mensaje.
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