Samuel García / 24 Horas
Parece simple y lo es. Más allá de las grandes cifras de la economía y
de las altisonantes promesas de los políticos, al ciudadano -de
cualquier nacionalidad- lo que le importa es su calidad de vida: Las
oportunidades para educarse o educar a sus hijos, la calidad del aire
que respira, el salario que gana, el trabajo que tiene, el tiempo
disponible para entretenerse o viajar, la atención en su salud, la
vivienda que habita, lo seguro que se siente donde vive… en fin; que lo
que le importa a la gente es su nivel de satisfacción personal y
familiar por la calidad de vida que lleva.
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