La rebaja fiscal favorece a las rentas altas y bajas; ahora hay que explicarla en Bruselas
A medida que se conocen los detalles sobre la rebaja fiscal anunciada el
pasado viernes surgen preguntas a propósito de su impacto sobre las
rentas de los ciudadanos y el eventual impulso que podría dar a la
demanda interna. La razón es evidente: la rebaja es progresiva hasta
cierto punto. Es cierto que reduce los tipos en los niveles más bajos de
renta, pero luego va perdiendo progresividad en los tramos medios —para
los casi nueve millones de contribuyentes que declaran entre 12.000 y
33.000 euros, los tipos pueden incluso subir; se beneficiarán del cambio
en función de las desgravaciones— y se convierte después en beneficiosa
para las rentas más altas.
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