Raymundo Riva Palacio / Eje Central
Que México sobreviviera frente a Brasil se veía en un horizonte lejano.
Pero por más sorprendente que parezca, no era una meta imposible si nos
atenemos a los factores objetivos –energía y debilidades como equipo y
en individualidades-, y subjetivos –el trabajo mental que se hizo con
los jugadores- con el cual llegaron a su crucial cita. El guardameta
Guillermo Ochoa, héroe de Fortaleza, lo anticipó: “El equipo está muy fuerte mentalmente”. Sesenta y cuatro años antes, Obdulio Varela, capitán del equipo de Uruguay en
1950, había mostrado el camino minutos antes de entrar a la cancha para
enfrentar a Brasil: “No piensen en toda esa gente. No miren para
arriba, El partido se juega abajo y si ganamos no va a pasar nada. Los
de afuera son de palo y en el campo seremos once contra once”. Uruguay,
es historia, consumó elMarcananazo.
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