El ascenso de los partidos populistas en las elecciones del 25 de
mayo amenaza con bloquear una mayor integración. Un continente unificado
ha sido garante de la paz entre los pueblos desde 1945
Europa se compone de naciones, y así se ha mantenido durante cientos de
años. Esto es lo que hace que la unificación del continente sea una
tarea política tan difícil, incluso hoy en día. Sin embargo, el
nacionalismo no es el principio para la construcción de Europa. Más bien
ha sido, y sigue siendo, el principio para la desconstrucción de
Europa. Esa es la principal lección que puede extraerse de los
dramáticos ascensos logrados por los partidos populistas antieuropeos en
las elecciones al Parlamento Europeo celebradas el pasado 25 de mayo.
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