José Blanco / La Jornada
Ese mundo-otro, al que
he hecho referencia en mis últimos artículos, viene. El futuro se acorta
y nos volvemos miopes por la velocidad del cambio y muy poco podemos
ver a plazo medio. Intentar entrever el futuro más allá de lo inmediato,
por las tendencias actuales, resulta apenas en un diagnóstico de
pronóstico reservado, dirían los galenos, que enuncian tal cosa para
decir: no sé.
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