- La estrategia del Ejecutivo mexicano abre un debate sobre la posibilidad de distinguir entre autodefensas y crimen organizado
La estrategia de seguridad del Gobierno de México se adentra ahora en el terreno de lo conceptual. El anuncio esta semana de las conversaciones entre la Administración de Andrés Manuel López Obrador con grupos armados ha desatado una pelea por la retórica. Autodefensas o crimen organizado. Diálogo o negociación. Criminales o estigmatizados. Una serie de disyuntivas que ha puesto en duda la capacidad del Ejecutivo para trazar lineamientos claros sobre el proceso de pacificación: con quién se va a dialogar y qué se va a ofrecer a cambio de que depongan las armas.
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