Benito Solís / El Financiero
Este año había empezado con grandes y positivas esperanzas económicas,
ya que recién se habían aprobado drásticas reformas estructurales, sin
conflictos políticos ni sociales relevantes. Aunque todavía faltaba
realizar los cambios legislativos en las leyes secundarias, se pensaba
que ocurrirían sin grandes complicaciones, por lo que se había iniciado
una tendencia optimista hacia el futuro de nuestro país entre los
distintos inversionistas, aunque mitigada por los cambios fiscales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario