Enrique Quintana / El Financiero
Entre funcionarios públicos, banqueros y empresarios, he percibido el anhelo de que tras las vacaciones de diciembre regresemos a la “normalidad” que se nos fue ya hace algunas semanas.
Se quisiera que ya no hubiera protestas por los hechos de Iguala; que cesara el vandalismo que ha tomado estas protestas como parapeto; que se evaporaran las sospechas por el asunto de las casas de Grupo Higa (la de Lomas y la de Malinalco); que los precios del petróleo regresaran a los 80 dólares; que el dólar bajara de los 14 pesos; que la Bolsa estuviera en los 43 mil puntos;
que no hubiera tenido que cancelarse la licitación del tren a
Querétaro; que… le dejo a usted que agregue otros elementos que
rompieron la “normalidad” que teníamos en los primeros días de
septiembre.
Lo lamento. Esa “normalidad” se fue para no regresar.
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