Leonardo Kourchenko / El Financiero
Dos meses se cumplieron la noche de ayer de los trágicos sucesos de
Iguala con los jóvenes de Ayotzinapa. Dos meses en que el país se ha
visto cimbrado por reclamos ciudadanos legítimos, hartazgo y rechazo a
las autoridades, la aparición virulenta de grupos de choque y de
anarquistas encapuchados, que han manchado la demanda auténtica de
grupos y organizaciones. Dos meses en que la imagen del gobierno en el
mundo ha pasado de la potencia transformadora y aperturista, a un
régimen cuestionado por los derechos humanos, por la complicidad de
autoridades, por la omisión de sus funcionarios.
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