- Las reformas socioeconómicas promovidas por Raúl Castro hacen retroceder la prestación de servicios por el Estado y progresivamente van solucionando problemas domésticos
Seguros de haber encontrado el gancho comercial infalible, los creativos
del principal laboratorio estatal cubano concibieron meses atrás dos
perfumes para hombres llamados Ernesto y Hugo: el primero mas recio y
dulce que el segundo, suave y afrutado. Sin ánimo de profanar la memoria
de Hugo Chávez
y Ernesto Che Guevara, pero ajenos a lo que se les venía encima, la
dirección de Labiofam presentó la fragancia en un congreso. La reacción
oficial fue fulminante: los responsables del proyecto fueron
expedientados. “Iniciativas de esta naturaleza no serán aceptadas jamás
por nuestro pueblo ni por el Gobierno revolucionario”, sentenció un
comunicado del Consejo de Ministros. “Los símbolos, ayer, hoy y siempre,
son sagrados”.
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