Jorge Suarez Velez / El Financiero
“Nunca desperdicies una buena crisis” es una frase memorable de Winston
Churchill. Ojalá que el presidente Peña Nieto la asimile. Los eventos en
Ayotzinapa catalizan altos niveles de frustración y enojo. La “Casa
Blanca” y la cancelada licitación del tren rápido a Querétaro pueden
volverse golpes letales a la credibilidad y al respeto al Presidente.
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